Lo que Dios hace en nuestras vidas, nuestro trabajo para El, Su Palabra, todo esto es atemporal, lo que ayer nos bendijo, siempre es de bendición.
Este blog nace para edificarte - como su propio nombre indica-, pasado y presente tienen aqui su lugar y su propósito.

EL HOMBRE REPRESENTATIVO (4ª parte)

UNCION

Ahora miraremos la siguiente cosa, de la cual aprenderemos aun más sobre aquello que concierne a nuestro Señor Jesucristo. En Lucas 3:1-2 penetramos a fondo en el corazón de Dios y de Lucas y tenemos el privilegio de gozarnos con el aroma del verdadero humor Biblico. Aqui nos viene mostrada una lista de nombres que inicia desde el emperador y llega atravesando sacerdotes famosos y de importancia local; toda la potencia real, gubernativa y religiosa del mundo del Nuevo Testamento nos viene presentada, pero, en vez de informarles a ellos, "la palabra de Dios, deliberadamente fue dada a Juan en el desierto" No fue dada a Cesar, ni a ninguno de los otros personajes, sino a Juan, un hombre lleno del Espiritu Santo. Esto es tipico de Dios, ¿Lograis ver el modelo? ¿Podeis ver Su majestuosa dulzura? Tiberio Cesar podía ser exaltado en su majestuosidad imperial y adulado entre los hombres del mundo, pero Dios lo desdeñó cuando envió Su palabra y la dejó en el desierto arenoso de su corte. El hombre al cual le viene dada la palabra de Dios, aunque esté vestido con pelo de camello, con un cinto de cuero entorno a sus lomos y coma langosta y miel silvestre, se elevará como si estuviese en los lugares celestiales y será como el poder inflamado de Dios en su generación.
Sucede siempre asi, ya que es este el principio y el modelo que regula el camino de Dios. Es justamente asi que le ocurrió a un hombre que recogia sobras de madera del suelo de una carpinteria de Nazaret a la edad cercana a los treinta años, a Jesús el hijo de Dios. Asi es como Dios actua. Juan sale del corazón del desierto hacia el Jordan para predicar la palabra mientras que toda la celebridad estaba hablando con sabiruría humana y lenguaje religioso. A Juan le venian multitudes de personas para oir la palabra y ser bautizados por el. Entre ellos estaba Jesús, el hijo de Dios nacido del Espirítu. El debía experimentar el ulterior don de su Padre, porque le era indispensable para su obra de redención y vida, por cuanto lo fue tambien en su nacimiento para que pudiera vivir sobre la tierra.
Del mismo Señor Jesús nos viene claramente dicho lo que le ocurríó en el Jordán. El Espiritu Santo a través de Lucas lo ha registrado fielmente para nosotros en el capitulo cuatro vs. 18, donde Jesús dice: "El Espiritu me ha ungido" Lo que ocurrió en el Jordán tiene mucha mas importancia de lo que podamos entender a primera vista, pero de todos modos nuestra intención en este libro no es de tratarlo de una manera completa. Notemos simplemente que Jesús fue bautizado fisicamente en agua; sin embargo espiritualmente no fue bautizado sino ungido. No fue bautizado en el Espiritu porque no tenía necesidad: no era un pecador, no tenía pecados que confesar porque nunca había pecado. Que esto penetre muy profundamente en vuestro corazón: El bautismo con o en el Espiritu Santo está relacionado con el pecado. Toda persona tiene necesidad de ser bautizada, inmersa e impregnada del Espiritu Santo de modo que el Bendito e inflamado Espiritu queme la corrución del pecado radicado en el hombre interior. La inmersión completa en el Espiritu Santo es el remedio de Dios para el pecado. Pero hecho esto, aun tienes necesidad de ser ungido como lo fue Jesús.
Nuestra experiencia del bautismo del Espiritu Santo es comparable con el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo; nacimiento y bautismo son uno. Su engendramiento en la carne tiene lugar con una especie de bautismo en el Espiritu, que ocurrió en el interior de su madre María, a fin de evitar que el factor pecado, presente en cada procreación humana, le fuera transmitido. Su ser generado, comparable a nosotros equivale a nuestra regeneración, es nuestra experiencia comparable. Pero por haber nacido del Espiritu como El lo fue, mas tarde, a la edad de treinta años no dice asi, improvisadamente, bueno, tengo treinta años, es tiempo de salir y hacer algo en el mundo; por favor orad por mi , voy a evangelizar o hacer de misionero. Ni aun Jesús podía hacer esto, pero la terrible tragedia es que muchos hijos menores que El lo hacen. Jesús no decidió simplemente que podía ser un ministro o un predicador enviado del cielo. Tenía que esperar hasta que fuese ungido. ¿Quién decide cómo y cuando un hombre puede llegar a ser un ministro? Nadie sino el Padre, que como en el caso de Jesús, lo unge con El Espiritu Santo para ese proposito. Por muchos deseos que tuviera de servir cuando tenía doce años, tenía que comenzar a instruirse en las escrituras. A la edad de quince años debía estar preparado en la palabra y tal vez era la persona mas cualificada sobre la tierra para enseñar la Biblia. Pero El no ha venido para enseñar la Biblia, ha venido a enseñarnos a Dios. Hoy dia hay muchos maestros que hacen esto, de una manera u otra están enseñando la Biblia, pero ¿quién entre los hombres está enseñando a Dios a través de la vida y de la revelación? Que el ejemplo preceda al ministerio es el orden de Dios.
Jesus debía esperar y orar hasta cuando en el Jordán el cielo se abriera en respuesta a su oración, el tierno Espíritu desdiende sobre El en forma de paloma; debía recibir la unción para su ministerio y oir la aprobación del Padre: " Este es mi hijo amado" El Padre estaba complacido con El, al dejarle hacer el trabajo como Jesús siempre había querido hacer: Ahora podía mandarlo hasta el extremo de la tierra. Cuando el Padre se complace en un hombre lo puede mandar a la mas grande prueba de su vida; a que lo traicionen, lo difamen, a la muerte, a cualquier cosa. ¿No sería maravilloso si despues de haber vivido treinta años en el Espiritu, el Padre pudiera decir de ti "Estoy complacido contigo hijo mio"? Para recibir tal elogio ¡qué vida debe ya haber vivido! ¡Bendito sea Dios! Oh Señor concede que sea asi con cada uno de nosotros.
Esta es la única ocasión en la vida de Jesús en la cual el Espiritu Santo se ve en forma física. Él descendió como paloma sobre el cordero y Juan lo ve posarse sobre la gloriosa persona del Señor Jesus. Los ojos maravillados del profeta, llenos de estupor, continuan fijandose en la visión de la paloma que pierde su propia forma y viene absorvida por la persona del hijo y desaparece de las escena, su forma se desvanece pero su presencia y poder permanecen. Un hombre tal, bajo esta gloriosa, extraordinaria, permanente y celestial unción, puede salir para el ministerio que Dios le ha dado.

Tomado del libro The Representavive Man de G.W. North
Traducido por Enrique González León