Lo que Dios hace en nuestras vidas, nuestro trabajo para El, Su Palabra, todo esto es atemporal, lo que ayer nos bendijo, siempre es de bendición.
Este blog nace para edificarte - como su propio nombre indica-, pasado y presente tienen aqui su lugar y su propósito.

EL HOMBRE REPRESENTATIVO (3ª parte)

GRACIA
Las lecciones sucesivas que nos vienen ofrecidas de este examen de la vida terrenal de nuestro Señor Jesucristo se encuentran en el mismo capítulo ver.41-52
"Iban sus padres todos los años a la fiesta de la Pascua, y cuando tuvo doce años subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedo el niño en Jerusalén, sin que lo supiesen José y Su madre.
Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero no hallando le volvieron a Jerusalén buscando le.
Y aconteció que tres días después le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyendo les y preguntando les. Y todos los que le oían se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.
Cuando le vieron se sorprendieron; y le dijo su madre; hijo, ¿Por que nos has hecho esto? He aquí que tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
Entonces El les dijo: ¿Por que me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi padre me es necesario estar?
Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret; y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba estas cosas en su corazón?.
Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres".
Notemos aquí uno de los toques exquisitos del Espíritu Santo que pone la palabra escrita de Dios de manera deleitable para su pueblo. Es evidente que cuando Jesús tenía doce años de edad, la familia de Nazaret había llegado a ser como un pequeño nido de amor. Parece que José hubiese sido aceptado por Jesús, y en el mismo modo el por José. Que bendición es el aceptarse y por el contrario; cuan miserable es el rechazarse. José y María eran llamados los padres de Jesús, quizás alguna vez Jesús le había llamado " papa" aunque sabia muy bien que José no era su padre. El Espíritu lo pone del todo claro en el v. 43 , donde cuidadosamente hace notar la diferencia, de hecho dice: " José y su madre" Ella era su madre, pero el no era el padre de Jesús. Cuando encuentran al niño sentado en el templo en medio de los doctores de la ley, María le dice: tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Pero a esto el niño Jesús replica con absoluta claridad: ¿Por que me buscábais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Quizás no comprendieron lo que quiso decir. Con firmeza y con garbo, Jesús estaba corrigiendo la tendencia a la implicación del lenguaje familiar. Era correcto decir que El era hijo de la familia de Nazaret, pero El sabia también, en aquel preciso instante en el cual le encontraron, que estaba en la verdadera casa de su Padre y que en ella y por ella tenía una obra especial que hacer en un tiempo futuro. Y sin embargo, ¡Con cuánta gracia El usó su fortaleza y su sabiduría! ¡Con cuanta sabiduría y amabilidad corrigió el error! Todavía en este momento de su crecimiento, su gracia, sabiduría y fuerza manifiestan su gloria mientras que afirma la verdad en amor; esto es gracia. Debía oponerse al error, pero usó gracia para evitar el pecado de asumir una actitud equivocada, de la cual la ultima triste fase es la arrogancia del conocimiento. Los negocios de su Padre no concernían a la carpintería, por cuanto Dios había proyectado para El la cruz, pero José no fue herido por tal gracia, ni tampoco María que no se ofendió y calló sin reprochar, a pesar que Jesús solo tenía doce años entonces.
¿Cuanto tiempo ha pasado desde que naciste de nuevo? ¿Eres consciente de que nacer de nuevo es estar vivo para un propósito bien preciso? "Debo hacer los negocios de mi Padre" dijo Jesús, pero todavía no le era permitido emprender la obra para la cual sabia que había nacido. Durante otros dieciocho años debía permanecer en Nazaret, para dedicarse a un trabajo secular allí, ¡amen! Era ya un gran maestro con un futuro maravilloso como personaje publico, pero no fue enviado a ninguna parte, sino a una escuela rabínica normal, no hubo publicidad para Jesús, debía volver al banco de carpintería y allí aprender acerca de la vida y aprender a tener habilidad con pedacitos de madera, descubriendo cómo las cosas se ajustan unas a otras en un mundo tan diferente al espiritual. Como dice muy apropiadamente el vs. 51, El aprendió estas cosas en casa, en sujeción a sus padres, donde debería estar cada joven, para aprender a vivir y a trabajar. ¡Oh Dios, tenemos necesidad de regular estas cosas y rectificar nuestros pensamientos, ¡Tú lo sabes!
A María y a José no les importó lo que Jesús dijo, sin embargo El descendió con ellos a Nazaret, a la carpintería, para estar sujeto allí en casa, donde viviría los siguientes dieciocho años en crecimiento escondido, y por eso leemos: "Jesús crecía" estando sujeto a ellos, sometido, crecía en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres. Este es el camino del crecimiento; había crecido, pero crecía aun más; era fuerte, pero se fortalecía aun más; era sabio, pero tenía necesidad de serlo más; la gracia estaba sobre El, pero debía ser lleno de ella. Evidentemente mandarlo a trabajar y a estar sujeto era el método de Dios para hacerlo crecer. Se podría pensar que el crecimiento era en vista al "Ministerio", de hecho muchos jóvenes piensan ( y se lo dicen a cualquier hermano anciano) me gustaría ir contigo hermano, desearía aprender a servir siguiéndote. También citan textos bíblicos conocidos como: "El los mando de dos en dos" o "Pablo tomó consigo al joven Timoteo" Habrían muchas escrituras para poder citar bastante correctas, pero a Jesús se le dijo que se sujetara a José y a María.
Ve a casa y aprende a cómo ser manso, humilde y aprende obediencia, que te sea mostrado como se pone un trozo de madera junto con otro. Aprende a ser paciente con un montón de madera, porque solo asi tendrás el arte de vivir piadosamente con tu familia y de trabajar hábilmente en la ocupación que Dios ha elegido para ti y llegarás a estar mas o menos cualificado para hacer todas las cosas que El tiene reservadas para ti en el futuro. Aprende a ser un buen hijo. ¡Cuando Dios mandó a su hijo, mandó a un hombre! Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres. Si pudieras susurrar a la oreja del líder de tu iglesia y preguntarle: ¿quién de entre vosotros ha crecido en sabiduría, estatura y gracia delante de Dios y de los hombres? Me pregunto quien hubiera contestado. ¿Pensais que sería aquel que tiene dones espectaculares? Tengo curiosidad por saberlo.
Cuando Dios inicia una obra en un hombre la perfecciona, si habéis comenzado en el Espíritu, deberéis permanecer en el Espíritu. Jesús estaba en el Espíritu y nunca estuvo fuera de El. Mirad Gálatas 3:1 encontrareis estas palabras ¿oh, Gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad ante cuyos ojos Jesucristo fue ya claramente presentado como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros, ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley , o por el oír con fe? tan necios sois, ¡habiendo comenzado por el Espíritu , ahora vais a acabar en la carne! Muchos son fascinados de la misma manera, dejan de correr o se alejan del camino. Jesús no hizo eso. Es impensable pero si Jesucristo, el joven de doce años, hubiera insistido sobre su independencia diciendo: me voy a ocuparme de los negocios de mi Padre, hasta la vista María, adiós José me voy a predicar; quien hubiera escuchado a este joven de doce años, hubiera clamado ¡aleluya! Pero si Jesús lo hubiera hecho así, hubiera caído en el pecado, aunque resulte repugnante solo en pensarlo, hubiera sucumbido a los deseos de la carne, tan cierto como Su nombre era Jesús.
Amados, es algo maravilloso poder caminar en gloriosa obediencia y completa sumisión. Tomad nota que El crecía en sabiduría, en estatura y gracia delante de Dios y de los hombres. Sin buscar la adulación de cualquier persona. Todo hombre debe morir a tal vanidad. Sino que la inconfundible dulzura y gloria de Dios pueda estar con vosotros y cada palabra, pensamiento y obra la manifestará. Así debía crecer Jesús. El debía ir al mundo para ser, en primer lugar, el hombre de la gracia, algo que El después cumple, de modo que los hombres pudieran escribir de El: "La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros" ¡Aleluya! Todo debe ser en, de, y por la gracia. La gracia debe reposar sobre vosotros de manera que cada cosa sea hecha en gracia y por la gracia, la cual es un don de Dios. ¡Oh!, cuando predicáis a los hombres, ¡que puedan recibir gracia! Cuando les impongáis las manos para decirle al demonio que salga fuera, o para sanar, sea también una gracia para ellos, y cuando vayáis a sus casas, sea también la gracia sobre ellos, y todo esto proveniente de Dios. No que estando en casa de alguien debas comportarte como una persona grata, todos sabrían que si lo hicieras te comportarías como un pecador. La naturaleza que posees debe ser la expresión de la gracia, porque lo ha sido en tu infancia, en tu adolescencia, y ahora lo es también en tu estado de hombre maduro. No os engañéis, no se puede ser un hombre de Dios a menos que se tenga la gracia de Dios, y al solo oírlo tal hombre comunica gracia, y poder ver su rostro es una bendición de Dios. En él no se ven nubes de borrascas internas, su corazón está en reposo y nada sino el poder del Espíritu  que está en el es lo que lo lleva al estado interno de la vida en Cristo Jesús manifestándose en su carne. En El no se puede estar ni en pecado, ni en carnalidad ni mundanalidad. Sea que nos inclinemos para recoger un objeto, o para decir una palabra, o para enseñar o para cualquier cosa que se haga, todo debe ser por el favor de esta vida concedida por Dios. Un ser humano es mucho mas que un sermón; Dios habla por el hijo. Esto es mas que un don del Espíritu, un milagro o una bendición. Un bebé, un hijo, un hombre del Espíritu, eso es lo que el Padre intenta hacer con cada uno. ¿Sabiais esto? Ya que aquel que es glorioso es nuestro único, justo, último y mas alto ejemplo, nosotros debemos llegar a ser lo mismo.


Tomado del libro The Representavive Man de G.W. North
Traducido por Enrique González León

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