LA TIRANÍA DE LA MONARQUÍA O DEL GOBIERNO DE UNO

Dios protestó solemnemente por medio de su profeta cuando Israel pidió un rey. Aquél que conoce el corazón y la debilidad humana sabía que el ser humano no es capaz de tener todo el poder para gobernar solo sin agotarse y corromperse. Llevar todo el peso de todo un pueblo es agotador; el mismo Moisés, el legislador del pueblo de Dios, mediador del Antiguo Pacto y figura de Aquél a quien le fue dado todo el poder en el cielo y en la tierra, se agotó y se quejó a Dios  por poner tanta  responsabilidad sobre el y le dijo "No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía". Núm 11:14.

A el le fueron dados los poderes públicos del Estado de Israel; el poder legislativo, el poder judicial,..etc.

Anteriormente estando haciendo uso de estos poderes, Jetro le preguntó qué hacía con el pueblo y el  respondió:  Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.  Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces.  Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Éxo 18: 17-18. Jetro aconsejó a su yerno adoptar un método para aliviar su carga pero no terminó de quitársela porque era un método humano y no divino. 

El sistema piramidal fue el método aconsejado por Jetro: Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.  Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. Éxo 18:24-25. Este sistema de gobierno piramidal se encuentra en muchas organizaciones seculares e instituciones religiosas. Quizás sea la iglesia de Roma la que lo refleja mejor por medio del papa, los cardenales, los arzobispos, etc.: la jerarquía eclesiástica.

Moisés se quejó a Dios mas tarde porque este sistema no funcionó, no le quitó la carga porque seguía estando en la cúspide del poder, en el vértice de la pirámide. 

Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. 

Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo. Núm 11:16-17

Dios tomó del poder que había en Moisés y lo puso en los ancianos y reveló en este acto el gobierno ideal para su pueblo, aquel que es compartido, plural y no singular. 

El Cuerpo gubernamental judío se denominó Sanedrín. Sólo podían ser elegidos israelitas de linaje indiscutible. El número de 70 se correspondía, probablemente, con los setenta ancianos designados para colaborar con Moisés. El miembro adicional era el sumo sacerdote, que ejercía las funciones de presidente. El Sanedrín era el tribunal supremo, teniendo poderes de vida y muerte.

Sin embargo el mismo gobierno de ancianos que había sido establecido por Dios fue el que escuchó al pueblo y juntos demandaron un rey a Samuel, pidieron un monarca o el gobierno de un solo hombre, y Dios quien había diseñado este gobierno de ancianos para que gobernaran y llevaran la carga del pueblo les escuchó a pesar suyo porque le dijo al profeta:  Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.   1Sa 8:7

¡Cómo es Dios! ¡Qué respetuoso es con su pueblo! Qué alejada está la tiranía de Su trono, que no impone ni obliga a que se sujeten a su gobierno. Quizás sea esta la causa de que Dios permita que haya tantas clases de gobiernos diferentes en la iglesia, porque Dios no viola la voluntad humana sino que la respeta y con paciencia espera que nos demos cuenta de nuestros errores y nos volvamos a El, entendamos su diseño y sus planes y voluntariamente los deseemos. ¿Quién podrá reinar mejor que El? Solo El puede reinar en las profundidades del corazón humano y satisfacer todas sus necesidades pero no puede hacerlo hasta que nuestra voluntad se rinda ante El y lo reconozca como Señor en todos nuestros caminos.

Las estadisticas nos muestran que la monarquía fracasó como gobierno en Israel; la mayoría de los reyes hicieron lo malo y aquellos que hicieron lo bueno cometieron muchos errores; el hombre no puede manejar la autoridad sino es Dios quien la sustenta y le ayuda a ejercerla. La advertencia dada por Dios: 

Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros.  Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. 

Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. 

Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. 

Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día. Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; 

y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras. 

se cumplió porque el egoismo, el orgullo y la vanidad gobiernan las pasiones de la naturaleza humana. Depositar todo el poder en un solo hombre en vez de en varios hará que éste se infatue y busque su propio beneficio y el de los suyos. Por eso vemos tantos casos de corrupción politica, tantos fraudes y cohechos porque los que tienen poder quieren beneficiarse de el,  porque ellos mismos son  arrastrados por sus propias  pasiones y deseos.
En el mundo religioso,  el poder ha convertido a muchos en tiranos. En nuestros días estamos contemplando con asombro a pueblos enteros del norte de Africa sojuzgados por la religión durante siglos rebelarse ante sus monarcas, luchando contra la tiranía y buscando nuevas formas de gobierno para sus gentes.
Y es que la monarquía sin Dios es tiranía. Solo Dios es capaz de sobrellevar todo el poder y gobernar solo.
Deberíamos reflexionar sobre todo esto y hacer lo que esté a nuestro alcance para que no se levanten monarcas en el pueblo de Dios que impongan su autoridad sobre nuestras vidas.
Fomentemos el gobierno plural en la iglesia para que Dios pueda poner del poder del Espíritu de Cristo en los corazones de nuestros lideres y puedan llevar la carga juntos.
Señor libranos de los tiranos; de aquellos que nos quieren gobernar con la fuerza y el temor,  y ayudanos a someternos voluntariamente a aquellos que sean ejemplos para la grey, amén

Enrique González León